Energía optimista

Querido Adrijk:

Mientras escribía el artículo de los amigos, empecé a salirme del tema y me di cuenta que tenía que separar las ideas para otro artículo:

Creo que los seres humanos, y algunos animales, somos capaces de emitir energía optimista o pesimista, según sea nuestro humor, esa energía es luego absorbida o rechazada por nosotros mismos y quienes nos rodean. Quienes siempre tienen buenos pensamientos producen y absorben energía optimista, creo que los animales como el perro, el caballo o el delfín lo hacen casi todo el tiempo.  Y por el contrario, quienes tienen malos pensamientos y se quejan de todo, producen y absorben energía pesimista. Y por supuesto, la mayoría de seres humanos debemos estar en los puntos medios, a veces optimistas y a veces pesimistas; y esa «volubilidad» permite que absorbamos más energía pesimista de la que deberíamos.

Si lo que creo es correcto, la forma de prevenir que captemos la energía pesimista es siendo siempre optimistas, tratando de estar siempre alegres y siempre tratando de tener pensamientos positivos sobre nosotros mismos y sobre los demás.

Y si lo que creo es correcto, una de las razones por las cuales en este país nos va tan mal, es justamente que hay demasiadas cosas negativas que nos rodean, es fácil dejarse caer en la depresión (me refiero al estrés, la inconformidad, el cansancio mental, las frustraciones que nos producen las carencias económicas, el agobio de no ver la luz al final del túnel, etc.) y absorber tanta energía pesimista que nos produce más depresión y hace que sea más difícil superar el agobio, convirtiéndonos en productores de energía pesimista.

Creo además, que estas energías de las que hablo, influyen en el comportamiento de los seres vivos, de tal modo que cuando hay energía optimista en el ambiente, las personas están propensas a hacer las cosas bien hechas, y lo contrario ocurre cuando el ambiente está cargado de energía pesimista. Me atrevería a aceptar que hasta la salud de las personas se afecta con estas energías.

Aunque aun no he leído nada sobre programación neurolingüística, no me extrañaría que se trate de algo parecido, pues por el nombre, suena a programar la mente para que el lenguaje y la mente actúen de manera uniforme en la consecución de objetivos.

Pero sí he visto el documental de «El Secreto», y creo que ese documental me inspiró en mis ideas, igual que la película Avatar; los seres vivos al igual que todas las cosas, incluidas las estrellas, estamos unidos de alguna manera extrasensorial, creo que de allí deviene la necesidad de la gran mayoría de personas de creer en un ser supremo.

Para concluir, creo que no importa cuál sea la religión o el grado de fe que se tenga, lo importante es trabajar en nuestra propia mente para, de una u otra manera, lograr una visión del mundo que sea armoniosa y positiva.